Dos álbumes ilustrados perfectos para adolescentes

Estos dos álbumes ilustrados tienen en común el estar editados por Barbara Fiore Editora y escritos e ilustrados por dos de los grandes autores de cabecera de esta editorial tan original, inspiradora y creativa. Decir Barbara Fiore Editora es hablar de libros ilustrados atractivos para todas las edades y tan creativos que rompen todas las barreras que pudieran existir entre géneros o entre arte y literatura. Hablo de Desencuentros de Jimmy Liao y El árbol rojo de Shaun Tan.

Los descubrí en las estanterías de literatura infantil (a partir de 6 años) de la biblioteca que frecuento, pero después de leerlos y por mucho que sean álbumes ilustrados, diría que estos libros los pueden aprovechar más los preadolescentes o adolescentes a partir de 12 años, puesto que sus temáticas suelen ser preocupaciones más características de los adolescentes que de los niños.

Desencuentros es una preciosa historia de amor, yo diría que una preciosa historia del primer amor, que sin caer en tópicos ni cursilismos está muy en sintonía con la visión inocente, pura, soñadora y platónica del amor que suelen tener los adolescentes. 

Los dos protagonistas viven pared con pared en el mismo bloque de apartamentos pero nunca se han encontrado; ella acostumbra a ir hacia la izquierda, él hacia la derecha y de este modo nunca coinciden. Los dos son caracterizados como personas solitarias, soñadoras, introvertidas y creativas. 

Pero un buen día el movimiento circular alrededor de la fuente de un parque hace que por fin se encuentren y se produzca un enamoramiento instantáneo.

Cuando se despiden bajo un intenso aguacero se intercambian los números de teléfono, pero al llegar a casa ambos se dan cuenta de que los papeles donde los han apuntado se han emborronado. Así que de nuevo vuelven a su soledad, viven muy cerca y continuamente están a punto de coincidir, pero ellos no lo saben. Hartos de buscar el amor, finalmente los dos deciden abandonar la ciudad y bajo la nieve con sus maletas de nuevo se encontrarán.

Como suele suceder en las buenas historias, el final se deja un poco en el aire para que nosotros lo imaginemos, y se nos cuenta más con poderosas imágenes que con palabras: un agujero en el tabique que los separa, dos paraguas juntos en el recibidor, etc.

Los dibujos de Liao son muy poderosos, tanto en la reproducción realista de ambientes (en casi todas las páginas se nos proporciona una información meteorológica precisa para ambientar los estados de ánimo de los personajes) como en la reproducción un poco más imaginativa de sensaciones, sentimientos… Éste es el punto fuerte del libro, pues esas palabras tan concisas y esas ilustraciones tan enigmáticas son perfectas para que los adolescentes puedan entender sentimientos confusos que quizás ya han experimentado. Por ejemplo, el alegre discurrir de una tarde de enamoramiento, cuando cualquier sitio es bueno para sentarse a perder el tiempo con el otro:

O el deseo de perderse, de “sentarse sola y ensimismada en algún rincón de la ciudad”.

 Veamos ahora el otro libro:

Shaun Tan describe así el proceso creativo de este libro: “El árbol rojo es una historia sin ninguna narrativa particular; una serie de mundos imaginarios distintos como imágenes independientes que invita a los lectores a extraer su propio significado, ante la falta de un sentido explícito. Como concepto, el libro está inspirado en el impulso de los niños y adultos de describir sentimientos utilizando la metáfora –monstruos, tormentas, sol, arcoíris…–. Más allá de los lugares comunes, busqué imágenes que pudieran explorar más a fondo las posibilidades expresivas de este tipo de imaginación compartida, que puede resultar a la vez extraña y familiar. Una niña sin nombre aparece en todas las fotos, una representación de nosotros mismos; vive muchos momentos oscuros sin poder hacer nada, pero en última instancia encuentra algo de esperanza al final de su viaje.”

Por lo tanto, es un libro sin un argumento específico que simplemente nos va mostrando una serie de estados emocionales por medio de poderosas imágenes metafóricas. Por ejemplo, la pesadumbre de un día en que la oscuridad nos acompaña aunque para el reto de la humanidad brille el sol:

 O la sensación de estar aprisionado en algo que te impide disfrutar de las cosas maravillosas:

 Me parece un libro de educación emocional perfecto, porque no se pueden expresar mejor que con estas ilustraciones ciertas emociones de los adolescentes, como los titubeos en la construcción de una identidad:

O la incertidumbre hacia el futuro:

¿Y por qué en los institutos no tenemos libros de este tipo? ¿Tanto miedo o repulsión le tenemos al álbum ilustrado o al cómic una vez que nuestros alumnos ya pueden leer textos largos y “sin dibujos”? Creo que los profes de secundaria nos tenemos que quitar un poco la seriedad de encima y dar cabida a este tipo de textos en las clases y bibliotecas escolares.