Ya van tres años de blog
El pasado 27 de noviembre Educando Lectores cumplía tres años y para esa fecha me había propuesto publicar esta entrada-reflexión que llega ahora, tarde. En fin, toda un síntoma de cómo es mi relación con este blog, pues ni siquiera he sido capaz de publicar a tiempo una bonita, tierna y romántica entrada de celebración de nuestros tres años juntos ;). Pero bueno, como por otra parte estamos en medio de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, momentos en los que también suelen ser bienvenidas este tipo de reflexiones cursis y autocomplacientes, ahí va.
Ahora me siento más capaz que nunca de echar la vista atrás y adelante, evaluar qué sentido ha tenido el blog para mí hasta ahora y proyectar qué quiero hacer con él en el futuro.
Empecemos con lo primero. La verdad es que el blog me ha venido de perlas para escribir de vez en cuando y no quedarme “oxidada” en una etapa de mi vida en la que me estoy dedicando en cuerpo en alma a criar a mis tres hijos, que son muy pequeños aún y necesitan mucho tiempo y atenciones y en la que no estoy ejerciendo la docencia a tiempo completo por temas obvios de conciliación familiar. Esto ha impedido la mayor parte de las veces que el blog tuviera una continuidad, pero he de decir que el blog y la LIJ se han convertido para mí en un entretenimiento magnífico que me permite desconectar de las obligaciones familiares y laborales y no me consume demasiado tiempo, fuerzas ni energía.
El blog me ha proporcionado también la satisfacción de conocer gente y proyectos muy interesantes, de ser leído y respondido por gente a la que le apasiona lo mismo que a mí, de ver que mis experiencias pueden servir de algo en este difícil mundo de la animación a la lectura para niños y jóvenes y que incluso alguien del Ministerio de Educación ha encontrado el contenido del blog lo suficientemente interesante como para enlazarlo en la web del Plan de fomento de la lectura 2017-2020.
Con el blog también he aprendido bastante sobre Internet, sobre cómo funciona Google o para descubrir que lo de las redes sociales y el marketing, el saber venderse en Internet, no es lo mío o no me interesa, al menos por ahora. Lo de actualizar todos los días o todas la semanas la página de Facebook o de Twitter es importante para el éxito de un blog, para que se te conozca, la gente te tenga en cuenta y te lea. Sin embargo, ahora mismo no puedo con ello por falta de tiempo y ganas. Tengo la sensación de que en Facebook vamos saltando de un “me gusta” a otro sin realmente profundizar en nada. Facebook y por extensión todas las demás redes sociales me resultan un territorio hostil en el que no me encuentro a gusto, prefiero el calor y la comodidad de mi casa, es decir, de mi blog, al que por supuesto invito a todo el mundo a entrar a leer, hablar y compartir en tranquilidad, sin el ajetreo y la tiranía de las continuas actualizaciones, me gustas y compartidos.
Así que tengo los plugins que enlazan con mis perfiles en las redes sociales sin actualizar, algunos no funcionan, creo que perdí todos los compartidos que tenía de Facebook… y por ahora no tengo ninguna intención de arreglarlo porque el escaso tiempo del que dispongo prefiero utilizarlo para escribir una entrada nueva que para mantener entretenidos a mis seguidores de mi página de Facebook con fotos, frasecitas y sorteos. En definitiva, que soy muy mala para esas “cortesías sociales” de la era digital.
Y ahora, ¿qué tengo pensado hacer con el blog en la futuro? ¿Cómo voy a conseguir salvarlo de la perenne falta de tiempo, de las mil y una ocupaciones diarias, domésticas y laborales, que me alejan de él, de los otros proyectos creativos en los que también estoy metida y que a veces me apetecen más que este?
Yo quiero continuarlo, no dejarlo morir, y por ello me he marcado la meta de publicar una entrada al mes, porque un blog lo que necesita es cierta continuidad, aunque tan sólo sea una ridícula continuidad de una entrada cada cuatro semanas. Para que sea más real, además, me he propuesto publicar EN UN DÍA FIJO, EL PRIMER LUNES DE CADA MES.
No sé si es una planificación ridícula de la cual me arrepentiré, pero lo encuentro un interesante punto intermedio entre dejar al blog morir o agobiarme con él. Como agobiarme con una cosa que hago por gusto y por amor al arte nunca va a suceder y como dejarlo morir también sería una pena… HASTA EL PRIMER LUNES DEL PRÓXIMO MES!